Hoy recuperaré algunas granadas.
Os invito a visitar Roma, un sorprendente museo al aire libre. Hoy vamos a disfrutar en el Palazzo Massimo, sede del Museo Nazionale Romano, de los bellos frescos que adornaban el triclinium o comedor de la Villa de Livia, también como conocida como Villa de Primaporta o Ad Gallinas Albas.
Livia Drusila o Julia Augusta debió de ser una mujer excepcional, esposa de Tiberio Claudio Nerón, con quien tuvo dos hijos, Tiberio, futuro emperador, y Druso, excelente general; se casó con Octaviano, el futuro emperador Augusto, al día siguiente de divorciarse de Tiberio Claudio.
Fue abuela de Germánico y Claudio, bisabuela de Calígula y Agripina la Menor y tatarabuela de Nerón.
Su papel en la historia de Roma fue importantísimo, tanto durante los 52 años que vivió con Augusto como en los años que le sobrevivió y durante los años que su hijo, nietos, bisnieto y tataranieto gobernaron el imperio.
Elevó a la categoría de dios a Augusto para lo que pagó a un senador, Numerio Ático, para que confesara haber visto al fantasma de Augusto ascender a los cielos, tarea harto frecuente en aquella época en la que los que no ascendían a los cielos –apotheosis- caían en la damnatio memoriae, condenados al olvido.
Ella que fue divinizada por su nieto Claudio estuvo a punto de dar nombre al mes de octubre, para el que el Senado propuso el nombre de Livius en su honor.
La historia no ha sido muy benévola con ella, todos recordamos el papel que Robert Graves le da en Yo, Claudio, una mujer pérfida y envenenadora, frente a la Livia real poderosa e inteligente.
Pero volveré a los frescos, en el año 1951 fueron retirados la mayor parte de los frescos de la Villa muy deteriorados para su restauración, desde entonces se conservan en el Palazzo Massimo.
De la Villa debe señalarse, además de los frescos citados, que en ella fue descubierta la estatua de mármol blanco de Augusto que podemos ver en los Museos Vaticanos. El nombre de Ad Gallinas Albas se debe a una leyenda, un águila depositó en el vientre de Livia una gallina blanca con una rama de laurel en el pico, consultados los arúspices éstos recomendaron mantener por siempre a la gallina y sus descendientes en la villa y sembrar el laurel; los emperadores que sucedieron a su marido antes de iniciar cualquier campaña iban a la villa y recogían ramas de laurel para llevar en las futuras batallas, la villa de Ad Gallinas Albas.
Debido a las recientes lluvias la Villa está cerrada.
Y corto que bastante lejos me han llevado las fotos de Steven Zucker de unas bellas granadas.
https://www.flickr.com/photos/profzucker/7688870710/
La imagen de Livia corresponde a la estatua sedente que podemos ver en el Museo Arqueológico Nacional de España.