Aríbalo con forma de granada.
Podemos disfrutar de él en el J. Paul Getty Museum de Los Angeles del que en otras ocasiones he tomado alguna pieza.
Aríbalo (griego ἀρύβαλλος, aryballos) es un vaso griego de forma globular y cuello corto y estrecho, por lo que se le ha comparado con una bolsa cerrada. La raíz de esta palabra es αρυω que significa "extraer". Además de aparecer en diversas pinturas, su utilización se deduce a partir de un texto de Polux, donde se describe como envase para conservar el aceite perfumado destinado al cuidado del cuerpo, habitual en los baños y entre el ajuar de los atletas. Para su supuesto uso en ritos funerarios fue sustituido por el lecito.
En este caso la asociación granada con un rito funerario parece evidente, la ya célebre asociación Prosepina-Perséfone con la muerte.
Esta granada de terracota procede de Corinto (Grecia) donde la crearían en el siglo VI antes de Cristo.
Aunque quizás, como cristianos, debamos recordar a Pablo, es posible que él ante uno de ellos escribiera:
“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos”
(2 Cor 4:7-10, RVR 1960)
Así comprendo que Pablo quisiera visitar la España romana, sabía de los encantos de Granada.