Hoy quiero pararme en una pequeña granada, figura muchas veces ignorada en el fresco La rendición de Granada pintado por Bayeu, del Palacio Real de Madrid y en los distintos bocetos y copias o bocetos que el autor elaboró.
La Rendición de Granada que Francisco Bayeu pintó en 1763 para la tercera antecámara de Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V y madre de Carlos III, hoy podemos disfrutarla en el Comedor de Gala y una copia en el Museo de Bellas Artes de Granada.
De ella he buscado imágenes, trabajos previos a esta obra y copias realizadas por el autor, de los que destacaré:
- La serie de bocetos conservados en el Museo del Prado,
Tela. Lápiz negro, Clarión sobre papel verjurado.
Geniecillo - Lápiz negro, Clarión sobre papel verdoso.
Cabeza femenina - Lápiz negro, Clarión sobre papel verdoso.
- La rendición de Granada, óleo sobre lienzo, 55 x 58 cm, 1763. Museo del Prado (en depósito en el Museo de Bellas Artes de Granada).
- La rendición de Granada. Óleo sobre lienzo, 98 x 111 cm, 1763. Museo del Louvre, Paris.
Ambos óleos tienen importantes diferencias entre ellos y con el original.
En el centro de la composición está en pie Fernando V en actitud de recibir las llaves de Granada que le presenta un moro seguido de otros armados. A cierta distancia del Rey está su esposa Doña Isabel de Castilla. Delante, y en acto de ponerse de rodillas, está Boabdil, último Rey moro de Granada.
Al fondo Bayeu representa la torre de Comares –extraña representación- en la que las tropas castellanas están colocando los estandartes reales.
En sitio superior se ve volar a la Victoria dispuesta a coronar al vencedor con una corona de laurel; además de este atributo lleva una palma, en demostración del importante triunfo obtenido. Tras ella angelotes con ramas de olivo, palmas y espigas, como símbolos de paz, victoria y abundancia.
Otros sostienen el escudo de las armas reales de Castilla y Aragón, para demostrar que a dichos reinos se agregaba el de Granada uno de ellos lleva en la mano un cuartelillo con una granada pintada, en ademan de fijarlo en el escudo real, en el entado en punta que aparece en blanco, donde desde la conquista aparece el reino de Granada.
Unos bonitos cuadros, una curiosa representación de la Rendición de Granada, una bonita granada.