sábado, 25 de febrero de 2017

Rendición de Granada. Bayeu. Palacio Real de Madrid.

Hoy quiero pararme en una pequeña granada, figura muchas veces ignorada en el fresco La rendición de Granada pintado por Bayeu, del Palacio Real de Madrid y en los distintos bocetos y copias o bocetos que el autor elaboró.


La Rendición de Granada que Francisco Bayeu pintó en 1763 para la tercera antecámara de Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V y madre de Carlos III, hoy podemos disfrutarla en el Comedor de Gala y una copia en el Museo de Bellas Artes de Granada.

De ella he buscado imágenes, trabajos previos a esta obra y copias realizadas por el autor, de los que destacaré:

- La serie de bocetos conservados en el Museo del Prado, 
Tela. Lápiz negro, Clarión sobre papel verjurado.
Geniecillo - Lápiz negro, Clarión sobre papel verdoso.
Cabeza femenina - Lápiz negro, Clarión sobre papel verdoso. 





- La rendición de Granada, óleo sobre lienzo, 55 x 58 cm, 1763. Museo del Prado (en depósito en el Museo de Bellas Artes de Granada).



- La rendición de Granada. Óleo sobre lienzo, 98 x 111 cm, 1763. Museo del Louvre, Paris.



Ambos óleos tienen importantes diferencias entre ellos y con el original.

En el centro de la composición está en pie Fernando V en actitud de recibir las llaves de Granada que le presenta un moro seguido de otros armados. A cierta distancia del Rey está su esposa Doña Isabel de Castilla. Delante, y en acto de ponerse de rodillas, está Boabdil, último Rey moro de Granada.



Al fondo Bayeu representa la torre de Comares –extraña representación- en la que las tropas castellanas están colocando los estandartes reales.

En sitio superior se ve volar a la Victoria dispuesta a coronar al vencedor con una corona de laurel; además de este atributo lleva una palma, en demostración del importante triunfo obtenido. Tras ella angelotes con ramas de olivo, palmas y espigas, como símbolos de paz, victoria y abundancia.

Otros sostienen el escudo de las armas reales de Castilla y Aragón, para demostrar que a dichos reinos se agregaba el de Granada uno de ellos lleva en la mano un cuartelillo con una granada pintada, en ademan de fijarlo en el escudo real, en el entado en punta que aparece en blanco, donde desde la conquista aparece el reino de Granada.



Unos bonitos cuadros, una curiosa representación de la Rendición de Granada, una bonita granada.

jueves, 16 de febrero de 2017

Zacarías. Temlo de Jerusalem.

Prometí hablar de Zacarías hace algunos días y ya es hora.
Hablaré de él y de granadas.
Y para ello me desplazaré a Nueva York, el MET, museo del que hace tiempo describí los Tapices del Unicornio y alguna granada de cerámica. Allí se conserva la obra de un gran aragonés, y no hablo de Goya, Domingo Ram (1464-1507), el Retablo de San Juan Bautista en el que se representan diversas escenas de su vida.
Una de sus tablas está dedicada a Zacarías.



Cuenta el Evangelio de Lucas que:
“Cierto día, le tocó al grupo de sacerdotes de Zacarías el turno de servir a Dios en el templo. Los sacerdotes acostumbraban nombrar a uno del grupo, para que entrara en el templo de Dios y quemara incienso en el altar. Esta vez le tocó a Zacarías entrar a quemar el incienso, mientras el pueblo se quedaba afuera orando.
De pronto, un ángel de Dios se le apareció a Zacarías al lado derecho del altar. Cuando Zacarías vio al ángel, tuvo mucho miedo y no supo qué hacer. Pero el ángel le dijo:
—¡No tengas miedo, Zacarías! Dios ha escuchado tus oraciones. Tu esposa Isabel tendrá un hijo, y lo llamarás Juan. Su nacimiento te va a hacer muy feliz, y muchos también se alegrarán. Tu hijo va a ser muy importante ante Dios.” (Lc 1:8-15).
Y es la escena que reproduce el autor.
Quiero llamaros la atención sobre algunos detalles que Domingo Ram reproduce con acierto: sobre la cabeza, la mitra y la lámina de oro; no se aprecia el pectoral; el efod –vestido- está realizado con oro y lino; el cinturón para ajustarlo; una larga cuerda o cadena para arrastrar al sacerdote en el caso de que falleciera dentro del Lugar Santísimo (Kodesh ha-Kodashím), lo que parece es solo un mito medieval, y para terminar nuestras granadas que junto a campanillas adornaban el borde inferior del manto que se usaba bajo el efod. Nuestras granadas eran el fruto que adornaba sus vestidos.
“Y en sus orlas harás granadas de azul, púrpura y carmesí alrededor, y entre ellas campanillas de oro alrededor.
Una campanilla de oro y una granada, otra campanilla de oro y otra granada, en toda la orla del manto alrededor.
Y estará sobre Aarón cuando ministre; y se oirá su sonido cuando él entre en el santuario delante de Jehová y cuando salga, para que no muera.” (Éxodo 28:33-35).
Y me llama la atención estas granadas y campanillas porque siglos después –en algunos períodos de la reconquista- las españolas de religión judía se vieron obligadas a usar una campanilla atada al tobillo que anunciara su presencia, el llamado aljarez o, si no me falla la memoria, yulyul. La intransigencia de unos solo logró que nuestras compatriotas de religión judía adornasen sus pies con campanillas.
Y poco más, un día de estos nos vemos en Nueva York y disfrutamos viendo la Colección Cloisters (1925) y este bonito retablo.

jueves, 2 de febrero de 2017

Aunque tampoco desmerecen estas teteras de las que solo sé su probable origen serbio.




Fotóforo

Desde Teherán (Irán) me llega esta bonita palmatoria (¿?), candelero es la traducción de la página, ... prefiero llamarla fotóforo con forma de granada.



La venden en:
http://lalejinsofal.com/product/pomegranate-ceramic-candlesticks/